El espacio era un mundo totalmente inexplorado por las mujeres hasta el 16 de junio de 1963.
Hace 53 años Valentina Vladimírovna Tereshkova le dijo al mundo: “Aquí Gaviota, aquí Gaviota. Veo en el horizonte una raya azul: es la Tierra. ¡Qué hermosa! Todo marcha espléndidamente”. Con estas palabras la joven rusa de 26 años se convirtió en la primera mujer en conquistar el espacio a bordo del Vostok 6.
En medio de las tensiones de la Guerra Fría, la gran hazaña de la Unión Soviética se vio empañada por campañas propagandistas falsas que intentaron quitar méritos a la primera incursión de la mujer en el espacio, alegando que se trataba de un mero "acto propagandístico de los comunistas". "¡Propaganda la suya!", así se difundió en el mundo occidental, Estados Unidos e, inclusive, en Europa.
La valiente cosmonauta Tereshkova fue incluida junto a Tatiana Kuznetsova, Irina Soloviova, Zhanna Yérkina y Valentina Ponomariova en las fuerzas aéreas de manera oficial el 3 abril de 1962, con un rango de soldado. Fueron meses de intensas pruebas físicas, entrenamientos técnicos e intelectuales (formación en matemáticas, meteorología, astronomía, física, computación y navegación espacial).
Cuando el Gobierno ruso decidió poner en órbita a la primera mujer (1961), se tenía claro qué debían buscar en el terreno militar, sin embargo, para la época no se contaba con mujeres pilotos en la Fuerza Aérea Soviética, por lo que se recurrió a la Sociedad de Voluntarios para la Colaboración con el Ejército, la Aviación y la Flota (Dosaaf).
Las 400 voluntarias debían cumplir con los siguientes requisitos: tener entre 18 y 30 años, medir menos de 1.70 de estatura, pesar menos de 70 kilos, ser solteras y ser “ideológicamente puras”.
Tereshkova participó entre las postulaciones a cosmonautas. Buscaban a una talentosa paracaidista porque las naves Vostok no tenían dispositivo para aterrizar.
Una vez que estas naves atravesaran las capas más altas y menos densas de la atmósfera, el cosmonauta era eyectado por un dispositivo de la cápsula junto con su asiento cerca de los 10 kilómetros del suelo completado en paracaídas.
Las grandes habilidades de Tereshkova se forjaron desde sus sueños de niña porque deseaba volar. Este anhelo la hizo parte de un aeroclub de paracaidismo, una organización auxiliar de la Fuerza Aérea Soviética y se destacó en la actividad.
Valentina Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 y vivió en una pequeña aldea situada en el Oblast de Yaroslavl, llamada Maslennikovo (a unos 200 kilómetros al norte de Moscú); una época difícil para la familia campesina. Tres años después su padre falleció en combate durante la campaña de Finlandia.
Los grandes esfuerzos de Valentina fueron clave para la historia de ese 16 de junio de 1963, una dura travesía que duró tres días y que a pesar de algunos contratiempos, fue suficiente para orbitar la tierra 48 veces y así superar en un 50 por ciento el tiempo general sumado de todos los astronautas norteamericanos que habían circunvolado el planeta.
La joven rusa mantuvo el cuaderno de bitácora y tomó fotografías del horizonte que luego ayudaron a descubrir los aerosoles atmosféricos.
Un logro audaz para una mujer de aquella época, sin embargo, a pesar del éxito de Valentina Tereshkova, solamente dos mujeres rusas siguieron sus pasos después de 19 años, Svetlana Savítskaya, la primera mujer cosmonauta en realizar una caminata espacial; y Elena Kondakova, que estuvo trabajando en órbita durante 169 días.
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