Editorial. Los sectores estudiantiles en Colombia, concretamente aquellos que dependen de una ideología politíca determinada, no han adoptado una forma de organización concreta, no tienen fundamentos claros y no tienen un norte definido. A pesar del momento histórico, los esfuerzos de muchos y el entusiasmo son profundos, no obstante debemos ser concecuentes entre lo que hacemos y decimos.
La conformación de un cuerpo regional es un hecho de gran trascendencia para la historia de los movimientos no solo en nuestra región (Antioquia), sino en Colombia. Sin embargo, diversos son los motivos por los cuales se generan divisiones en torno a ideologías y tendencias alienadas que no conducen a la unidad de criterios. En ese orden de ideas, se requiere de que se analicen los factores pimarios, todo en la vida tiene un orden y se requiere de que revisemos nuestra lógica, un edificio no se construye sin determinar cuantos pisos va a contener, y sin por lo menos estudiar previamente el terreno, no podemos iniciar un proceso afrontando medidas de último momento y tampoco debemos adelantarnos a los hechos, de la precipitud solo queda el cansancio y el desgaste.
Es muy cierto que los procesos que se adelantan tienen mucho que ver con una imagen previa imitada del modelo chileno, que no encaja concretamente a nuestra realidad, porque son muchas las diferencias que nos separan y que no conducen a los resultados deseados por todos. En Chile existe hace varios años una organización estudiantil, con representación y una estructura jerárquica sencilla, cosa muy diferente a lo que hoy se plantea en Colombia, el movimiento austral que aún con problemas se ha dado como un proceso, se ha definido por la posición con respecto de los objetivos sociales y de las políticas educativas de país con respecto al mundo y la disposición de los actores gubernamentales con respecto al futuro de su propio país, ellos cuentan con un sistema de educación costoso y que será mas excluyente con las reformas que el actual gobiermo impulsa, sin embargo su realidad económica y social es bastante diferente a la nuestra y no por ello son vistos como modelo latinoamericano, no solo por los intereses hegemónicos globales, sino por los sectores regionales que abogan por la unidad de continente.
Por otro lado, hablando de dinámicas y procesos sobre objetivos, éstos en Chile no son los mismos de Colombia, ellos tienen una visión progresista y de no dependencia, contrario a lo que piensan los sectores económicos locales, de ahi que sus politícas públicas, económicas y sociales son diferentes, mientras que los métodos si son similares.
Las diferencias entre el movimiento chileno y el colombiano son enormes, no es lo mismo que un movimiento ostente la figura de representatividad y vocería, a solo poseer la figura de la vocería, que en últimas no determina resultados ni ayuda a definir la continuidad en un proceso. En Chile optaron por la representación, la unidad y un objetivo común: la defensa del derecho a la educación. Hemos sido testigos como organización internacional de este maravilloso proyecto, porqué lo hacemos tan difícil, es una sola bandera sin colores y sin tendencias, es la educación, lo único que nos debe importar ahora. Sin embargo seguimos escuchando los mismos discursos y las mismas palabras desde hace ya mas de cuatro décadas, sin notar que los tiempos cambian y las dinámicas toman nuevos rumbos. Los métodos y mecanismos siguen siendo los mismos, no hay innovación en la práctica lo que permite que las cosas sigan igual, aquí debemos hablar de avances, no de retrocesos, debemos de repensar la manera de como estamos actuando y como estamos interpretando las situaciones.
Por otro lado, hablando de dinámicas y procesos sobre objetivos, éstos en Chile no son los mismos de Colombia, ellos tienen una visión progresista y de no dependencia, contrario a lo que piensan los sectores económicos locales, de ahi que sus politícas públicas, económicas y sociales son diferentes, mientras que los métodos si son similares.
Las diferencias entre el movimiento chileno y el colombiano son enormes, no es lo mismo que un movimiento ostente la figura de representatividad y vocería, a solo poseer la figura de la vocería, que en últimas no determina resultados ni ayuda a definir la continuidad en un proceso. En Chile optaron por la representación, la unidad y un objetivo común: la defensa del derecho a la educación. Hemos sido testigos como organización internacional de este maravilloso proyecto, porqué lo hacemos tan difícil, es una sola bandera sin colores y sin tendencias, es la educación, lo único que nos debe importar ahora. Sin embargo seguimos escuchando los mismos discursos y las mismas palabras desde hace ya mas de cuatro décadas, sin notar que los tiempos cambian y las dinámicas toman nuevos rumbos. Los métodos y mecanismos siguen siendo los mismos, no hay innovación en la práctica lo que permite que las cosas sigan igual, aquí debemos hablar de avances, no de retrocesos, debemos de repensar la manera de como estamos actuando y como estamos interpretando las situaciones.
El principal problema que se presenta en especifico es la politización de los discursos en un sector de la corriente estudiantil de momento, que se esta generando en gran medida en el sentido de favorecer tendencias políticas de turno y de intentar rescatar lo poco que queda de su propia imagen. No es sano para una movilización que busca un objetivo general que los actores que la dirigen esten pensando en el bienestar de sus propios sectores. La víspera de elecciones en Colombia y los carruseles políticos son temas de obligatoria consulta, porque además de favorecer intereses individuales, deslegitiman los procesos y les estigmatiza, lo cual se cuenta como puntos importantes a favor de quienes quieren mantener las cosas como estan. Otro aspecto es el protagonismo escénico, el cual mueve intereses particulares en torno al reconocimiento público, sin fundamentos sociales sino particulares, adicional a estos dos sumo el fanatismo, del cual quedan resultados indeseables para todos. Si los resultados de estas tendencias fuesen concretos y positivos, no estuviese escribiendo estas líneas, por el contrario estaría alimentado su filosofìa.
Las celulas organizativas politizadas no deben tener cabida en los procesos que tienen un objetivo colectivo, porque no visionan una solución de fondo, no poseen una argumentación clara y no persiguen objetivos comunes. Es simple, no hay verdades absolutas, esa premisa se ha demostrado y se sigue demostrando a diario. Apelemos a la unidad de criterios con fundamento, racionalidad y argumentación, sin fanatismos pero sobre todo con orden y organización.
Hasta que no nos despojemos de nuestras diferencias y dogmas, no podremos lograr la unidad por mas que queramos; la racionalidad en el discurso, frente a lo que pensamos y hacemos es el primer paso fundamental para comenzar a transformar los monstruos recreados por la sociedad.
Nosotros ofrecemos una opción, porque llevamos un proceso de seis años continuos, sin sesgos ni tendencias politicas marcadas, no somos absolutos, pero tenemos clara conciencia de lo que se quiere y se tiene, poseemos documentos oficiales internacionales, no improvisamos, sabemos para donde vamos y tenemos las herramientas y experiencia suficiente para hacer frente a la coyuntura.
La invitación está abierta, la decisión es de ustedes compañeros y compañeras estudiantes. No cerramos la puerta, por el contrario, la abrimos para que estos procesos y nuestros sueños comiencen a ser una realidad y no una utopía, no demos cabida a las falsas espectativas, apliquemos las ideas y proyectos a soluciones tangibles. El mundo se construye dia a dia, haciendo los sueños realidad, no haciendo de la realidad un sueño inalcanzable.
Alexander Ferms De Medellín
Presidente OME-WWOS