Editorial.
Carta
abierta al MANE de Ricardo Sanín Restrepo (Profesor universitario)
1 Lo
que han logrado
2 Donde
están
3. Lo
que viene
1
Con
lo logrado hasta ahora han sacudido las estructuras del poder en este país, han
obtenido una victoria imperecedera sobre una maquinaria ideológica acostumbrada
a sofocar con la violencia de las armas, de los medios o del derecho cualquier
discurso disidente que pretenda justicia social. Le han demostrado al país
que no somos ese país de fantasías
mediáticas, que no somos marionetas de un reality y que no todos estamos
dispuestos a vendernos al mejor postor. Que éste tampoco puede ser el país del
dominio de una élite meticulosamente depredadora de la democracia escudada en
una fortaleza de palabras y cifras sin contenido. Ustedes han rendido a sus
pies un aparato de poder enorme, demostrando en el camino que no son fantasmas
que se arrastran de la nada, sino una
densa realidad que aparece de su propia historia, de su propio discurso y su
propia capacidad de imaginar un mundo mejor, así han dado un nuevo significado
y orientación al sentido más profundo de la democracia que es vivir el
conflicto y asumirlo en serio, en otras palabras han recuperado la verdadera
política, esa anónima, cuya arquitectura más íntima y sagrada son las calles,
las paredes y los parques, y han re-escrito sobre una historia petrificada, lo
han logrado con tenacidad, disciplina inquebrantable, pasión, pero sobretodo
con amor.
Abrieron
un debate que estaba cerrado y de paso han desenmascarado al enemigo, están
mostrando que el problema de la educación es simplemente un síntoma más
profundo del país. Que la democracia no es el gobierno de los técnicos y los
expertos blindados y cegados ante la realidad, sino el de los desposeídos, los
marginados, los que no tienen voz y sin embargo gritan. Nos han mostrado que
estos expertos simplemente son lacayos de hordas más pavorosas como la OMC, el
FMI y el consenso de Washington, que detrás de esta máscara bestial, están
siglos de represión, colonialidad y esclavitud intelectual. Que tras la
frialdad de sus estadísticas y sus discursos está una política global que
devora la democracia en su nombre, ustedes están rompiendo ese velo, nos están
mostrando lo que yace más allá de las apariencias que posan como realidad. Nos
están mostrando los verdaderos engranajes de un capitalismo de casino global
que se manifiesta domésticamente en rapiña de cuello blanco.
La
batalla fue múltiple, dentro de la bestia ustedes le devolvieron el boomerang
de la erudición a los expertos y con cifras y estadísticas en mano dejaron su
discurso sin piso, sin santuario. Pero muy por encima de eso, desarmaron la lógica
perversa según la cual detrás de las preciosas cifras no hay ningún discurso
político, que se trata de una discusión técnica y no ideológica. Ustedes usaron
las cifras para rescatar y poner en el centro de la mesa la importancia de las
discusiones políticas duras y puras de las cuales las cifras son sólo un
apéndice, y a la vez delataron que las cifras de los expertos tienen una
función ideológica precisa: neutralizar y aplazar cualquier discusión política.
En las calles, la bella forma de lo inesperado, el abrazo con el hermano que le
arrebató el disfraz al policía y le dijo a la cara, tú eres mi hermano, tú
también estás atrapado en este laberinto.
2
No
permitan la prohibición, no permitan que les prohíban pensar, soñar y hacer. El
arma más poderosa del establecimiento, más que las bolsas de valores, los
proyectos de ley y la policía es el mito instalado en nuestra imaginación,
según el cual “nada puede ser diferente”, que estamos irremediablemente
arrojados a una realidad insuperable, que simplemente debemos bajar la cabeza y
acomodarnos en esta orgia de placidez permisiva, es ése el verdadero terrorismo
de Estado. Ustedes están inventando sobre ese mito fundamental, están
mostrándonos que el cambio no solo es posible, sino necesario y fundamental,
ese mito se esparce más rápido y con más poder que el gas pimienta con el cual
trataron de disuadirlos, es más destructivo que cualquier conjuro discursivo del
establecimiento, ustedes nos están mostrando que ese “mejor de los mundos
posibles” del slogan oficial no se puede albergar en un país destrozado por la
guerra y en perpetua destrucción de su tejido social.
Ustedes
perforan la promesa fraudulenta de un “mundo justo” que guarda entre sus colmillos
el capitalismo. Han demolido todas sus pretensiones de estabilidad, nos han
enseñado la necesidad de transformar el mundo a partir de nuevas palabras, de
verdaderos actos de amor por el otro, en solidaridad incansable y permanente.
Hoy el discurso intelectual dominante coincide con el de las élites eruditas de
siempre: la libertad es una buena cosa para las élites, pero una catástrofe
para las masas. Ustedes han demostrado entonces que lo que se requiere no es
una nueva interpretación de la palabra democracia, sino una nueva
interpretación del mundo.
Ellos
quieren convertirlos en una anomalía, y es que dentro de una normalidad tan atroz
como la nuestra eso es lo que son, y deben sentirse orgullosos de ello. Son una
voz que disuelve un silencio milenario, lo que estorba en la fácil acumulación
de la riqueza de ese 1%, el dedo que señala esa realidad cruel, la barricada
que separa lo que puede soñarse, volverse realidad y una realidad decrépita que
esconde terrores tras su fachada de perfección técnico-administrativa. Son
ustedes los elegidos por una nueva historia, pues bien poséanla, háganla suya.
3.
Pero
hasta ahora solo han tocado a la puerta de los poderosos y estos les han dado
lo que quieren, pues ellos bien saben que si no apaciguan el apetito
revolucionario este romperá las puertas y se internará hasta llegar a la cabeza
y degollarla. Por eso no es el momento de frenar la lucha, antes bien de intensificarla.
Han mostrado que el verdadero pueblo de la democracia no
es una multitud indolente manipulada por el cinismo moral de los glotones del
poder, sino antes bien todos nosotros, todos los demás, los que sobramos en sus
cuentas, los que nos atrevemos a vivir sin amos, los que repudiamos la servidumbre
voluntaria, los que sólo nos reconocemos como humanos en la precariedad del
otro, somos el minero desmembrado del Putumayo, el indígena desposeído del
Cauca, la familia del joven desaparecido por una ejecución extrajudicial en
Soacha.
¡Ojo!
Hasta ahora lo que han logrado es un acuerdo altamente institucionalizado que
permite la domesticación de lo político. El gobierno sintiendo los pasos de un
animal gigantesco acude al truco más viejo en el libreto oficial, retroceder y
conceder, pues con esto sabe que desarma el dispositivo del resto de las
demandas, pues si el movimiento se perfecciona, detrás de las demandas
puntuales de la defensa de la educación pública, se asoman demandas más
poderosas, se asoma la necesidad de lograr la justicia social, un auténtico
proceso de paz sin tangentes, la erradicación del hambre y la miseria que no
dan espera. No se dejen asfixiar por la satisfacción de un triunfo importante
sí, pero pasajero. La verdadera lucha siempre está por-venir, latente en el
momento de una discusión que yace más allá. Si persisten son capaces de
perturbar tan profundamente el orden de lo establecido que detrás de él se abre
el mundo de lo posible, detrás de sus movilizaciones está a punto de aflorar el
pueblo como realización material auténtica de la democracia.
No
permitan que sus demandas se incorporen literalmente, ellos están retirando el
proyecto con la misma mano que el asesino esconde el puñal detrás de su espalda.
Empujen, sueñen, luchen como si mañana no existiera, no alcanzarán nada si no
han de convertirse en el punto nodal y hegemónico de todos los dolores, desastres
humanitarias, víctimas, protestas y movimientos en Colombia. No están solos,
todo lo contrario ustedes son la plenitud a la que aspiramos, el triunfo de la
solidaridad que no exige ninguna ofrenda sacrificial. Ustedes son la nueva
estética de la democracia, valientes, incansables, y llenos de amor, continúen
hasta que lo establecido, el régimen, el sistema no tenga donde refugiarse, y
se vea obligado a mostrar sus inconsistencias, la monstruosa mentira sobre la
cual está parado. Ustedes son el exceso hermoso que no puede ser reconducido a
los campos de concentración de la apatía y la supervivencia flácida, ¡ayúdenos
a salir de ella! Ustedes son la reestructuración de la realidad misma. Realidad
que necesitan los millones de desplazados, los millones de invisibles y
atropellados por nuestra historia, ustedes están a punto de cruzar el umbral de
lo indecible, cuando lo hagan seremos todos quienes estemos allí, en vida.
Tienen
en sus manos el “Yo acuso” que nos despierta y nos sacude de esta pesadilla
letárgica llamada capitalismo. Ustedes son la utopía, no le teman, ella no es un
futuro inalcanzable, sino la declaración presente del acto que pretende desplegar
las consecuencias de su propio acontecimiento, es decir que lo que nos hace
falta es un presente, ustedes son la concreción de ese presente que no necesita
de más instante que el “ya” y “ahora” para ser verdad. La utopía es la
contraposición directa a la fantasía del “todo está bien” que produce un
sistema pragmático como declaración de un mundo que no existe. Aquí cabe la
pregunta, ¿cuál es más realista? Un sistema que niega un mundo sumido en dolor
y desesperación, o una utopía que comienza a existir a partir del dolor que
reconoce multiplicándose en el mundo, que comienza a diseminarse en las
palabras de un mundo que crea. ¿Cuál es el ilusorio?, ¿Cuál es el corrupto?
¿Cuál es más real? Ellos son la simulación, una caricatura grotesca de la
realidad, ustedes son la única realidad que define el futuro, ahora.
Rionegro,
Antioquia
17
de noviembre de 2011
Department of Communications. WOS
Department of Communications. WOS
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