sábado, 14 de abril de 2012

Lanzan comunicado Asamblea Estudiantil de la UANL ante muerte de sus compañeros…

MÉJICO.

Raúl A. Rubio Cano
Como un documento que define una postura de los últimos acontecimientos en cuanto a desapariciones y muertes de estudiantes por la guerra contra el narco implementada por Felipe Calderón y dirigido a los estudiantes de la UANL y al pueblo en  general, se indica que: “A nombre de quienes integramos la Asamblea Estudiantil UANL manifestamos nuestra profunda indignación ante el asesinato del compañero José Fidencio García Neri, “Suri”, estudiante de la licenciatura en Sociología de la Facultad de Filosofía y Letras, muerto a balazos mientras realizaba su servicio social. Así mismo, queremos expresar a la familia de Suri nuestras más sinceras condolencias y que los acompañamos en su dolor ante tan lamentable pérdida.”
Se agrega que:  “El fallecimiento de nuestro compañero se suma al de Gabriela Pineda, estudiante de la Facultad de Psicología, Lucila Quintanilla, de la Facultad de Artes Visuales, Raúl Villareal, de la Facultad de Arquitectura, así como los de Jorge Mercado  y Javier Francisco Arredondo del Tecnológico de Monterrey. Agregado a esto, la comunidad universitaria también ha sido víctima de las desapariciones, como las de Roy Rivera Hidalgo, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, (que no ha vuelto a casa desde el 11 de enero del 2011) José Ángel Mejía Martínez de la Facultad de Medicina y David Joab Ibarra Buenrostro, recién egresado de FIME, (desaparecidos desde noviembre del 2010)
“Las pérdidas que hemos sufrido la comunidad universitaria  se da en el marco de la política de guerra contra el narcotráfico, emprendida desde el 2006 por el presidente Felipe Calderón, en un intento por legitimar su muy cuestionada asunción presidencial. Misma que ha generado una situación intolerable de violencia generalizada en todo el país, siendo Nuevo León uno de los estados más castigados por esta causa. Las principales víctimas de la beligerancia presidencial son los jóvenes, -ya sean estudiantes, trabajadores o desempleados- porque son ellos quienes han tenido que pagar los platos rotos de la crisis social producto de un sistema económico y político que no les da oportunidad de un desarrollo humano integral. Jóvenes a quienes se les cierra la puerta a una educación de calidad, y que no caminan en los pasillos de la universidad pública por ser ésta, inaccesible económicamente para las familias de la clase trabajadora. Sin educación, sin empleos y salarios dignos, se genera entonces el clima ideal para el reclutamiento de los adolescentes a las bandas del crimen organizado.”
Comenta  el citado documento de la Asamblea Estudiantil de la UANL que: “Hoy por hoy los esfuerzos de la clase política están empeñados en otorgar más presupuesto a las fuerzas de seguridad y en aumentar los años de cárcel de los que delinquen, que en destinar mayor presupuesto a la Educación Pública. Incluso el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán ha informado que solo el 20 por ciento de los jóvenes más pobres en el plano nacional acceden a la enseñanza superior, mientras aquellos con los ingresos más altos tienen una probabilidad cuatro veces mayor de cursar una carrera universitaria, desigualdad que evidencia la incapacidad del país para impedir que el origen de clase condicione el destino educativo, social y laboral de dicho sector. ( Periódico La Jornada Lunes 3 de enero de 2011)”
Bajo lo anterior, señalan los representantes estudiantiles de la UANL que: “ México se está convirtiendo así, desgraciadamente en un estado policiaco-militar y no en un país modelo con prioridad hacia el bienestar de su población.  De esta manera, se destinan miles de millones de pesos a capturar a grandes capos originando que las organizaciones se dividan y sus integrantes se peleen entre sí. Las consecuencias las pagamos nosotros al incrementarse más y más los hechos de violencia, sobre todo en las colonias populares, como en la que nuestro compañero Suri realizaba su servicio social cuando cayó muerto.
 “Recordemos que el mismo presidente adelantó desde el inicio de su mandato que la sangre correría por las calles en una guerra que inicio sin habernos consultado. Cito: “Sé que establecer la seguridad no será fácil ni rápido, que tomará tiempo, que costará mucho dinero, e incluso, y por desgracia, vidas humanas”. (Del libro el Cartel de Sinaloa, historia del uso político del narco, de Diego Osorno). Por otro lado, la política prohibicionista de las drogas no resuelve el problema del consumo. Lo que hace es subir el precio sin reducir la demanda, ya que se destinan mayores recursos a pagar la corrupción de funcionarios gubernamentales y por otro lado los adictos no dejan de consumir. Al contrario, cuanto más cara es la droga más se dedican al delito para comprarlas.
“Si lo que Calderón quería era diezmar a las organizaciones criminales no lo ha logrado, si lo que buscaba era que el miedo se apoderara de la población, entonces ha tenido un éxito rotundo. Ante este panorama de miedo y violencia  los estudiantes y egresados universitarios gritamos un ¡Ya basta! Es nuestra obligación denunciar y señalar a los responsables del desastre en que se está convirtiendo nuestro país. Pero también debemos encontrarnos, generar una verdadera comunidad basada en la solidaridad y en el apoyo mutuo con acciones como las de hoy. La comunidad universitaria debe ser partícipe en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad, y no dejarnos llevar por la indiferencia y la apatía, males que nos conducen a la complicidad del desastre que es hoy nuestro amado país.
“Por todo lo dicho anteriormente hacemos un llamado a la comunidad universitaria a la organización. No tenemos ninguna duda de que es el único camino para transformar nuestra cruda y dolorosa realidad. Las y los compañeros que integramos la Asamblea Estudiantil estamos convencidos que la Educación es un derecho humano y por lo tanto, el acceso a la Universidad debe ser garantizado a toda la población para que deje de ser un privilegio de quienes pueden pagarla. Apuntemos pues, a la Educación pública crítica y accesible como uno de los caminos para combatir a la violencia y evitemos así, que más personas inocentes mueran en una guerra sin sentido. Esa es nuestra máxima, ese es nuestro reto.” Concluyen el documento.
Department of Communications. WWOS

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